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A veces los momentos más sencillos de tu vida se convierten en los más especiales.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Cuando eres pequeño.



Cuando eras niño, la vida, te parecía un paseo.
Pero un día golpearon, y al abrir la puerta, te encontraste con el tiempo y su amigo los años.
Y viste que en la vida, no todo es un paseo, ni un lindo cuento.
Aprendiste a no compararte, a decir no quiero y te animaste a ser distinto.
Al ir caminando muchas veces tropezaste, quizás por tus errores, o la incomprensión de la gente.
Pero lo más importante, no te rendiste y LUCHASTES.
Porque sabias que muchas veces, el éxito, es el fracaso al revés.
Y detrás de un logro hay otro desafío.
Y que más allá de acumular conocimiento y bienes materiales, lo que te hace realmente rico y valioso, es esa parte de adentro.
Eso que no todos ven. Esas pequeñas cosas del día a día que te hacen crecer y dejar una huella como persona.

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